Cómo murió Judas Iscariote
Luego de haberse arrepentido por traicionar a Jesús y no encontrar consuelo por sus actos, Judas tomó la decisión de quitarse la vida.
El Iscariote es uno de los personajes más controvertidos de la biblia. Conocido por ser el apóstol que entregó al mesías ante las autoridades romanas.
El remordimiento tras la traición
Iscariote fue parte del círculo cercano de Jesús, elegido como uno de los doce apóstoles. Tenía a su cargo la administración de las finanzas del grupo, pero terminó siendo quien traicionó a Jesús.
Su traición quedó sellada con un beso en el Jardín de Getsemaní, un gesto que, desde entonces, se ha transformado en un símbolo universal de traición. Al presenciar las consecuencias de sus actos y el juicio de Jesús, Judas fue consumido por un profundo remordimiento.
Intentó devolver las treinta monedas de plata a los sacerdotes, pero estos rechazaron su gesto, negándose a aceptarlas. Desesperado y lleno de culpa, pronunció palabras cargadas de arrepentimiento antes de tomar una decisión trágica e irreversible.
El desenlace según los textos bíblicos
El relato de la muerte de Judas aparece en dos pasajes principales: Mateo 27:5 y Hechos 1:18. Ambos textos ofrecen detalles complementarios sobre cómo Judas acabó con su vida:
- Mateo 27:5: “Y arrojando las monedas de plata en el templo, salió, y fue, y se ahorcó”. Este pasaje describe el acto inmediato de Judas tras devolver las monedas, dejando claro que optó por el suicidio mediante el ahorcamiento.
- Hechos 1:18: “Este, pues, con el salario de su iniquidad, adquirió un campo, y cayendo de cabeza, se reventó por la mitad, y todas sus entrañas se derramaron”. En este versículo, se describe el resultado final de su muerte, probablemente como consecuencia de la caída de su cuerpo tras la descomposición o la rotura de la cuerda.
Ambos relatos no son contradictorios, sino complementarios. Se entiende que Judas se ahorcó en un área elevada, posiblemente sobre el Valle de Hinón, y que su cuerpo cayó posteriormente, causando el desenlace descrito en Hechos.
Teorías sobre su engaño
El hecho de que el apóstol fuera judeano y no galileo podría haber influido en su relación con el resto del grupo. Judea, especialmente Jerusalén, era considerada el centro religioso y político del judaísmo, mientras que Galilea era percibida como una región más periférica.
Esto pudo haber generado ciertas tensiones o diferencias en perspectivas entre Judas y sus compañeros, quienes compartían un trasfondo cultural común como galileos.
Además, Judas pudo haber tenido una formación más cercana a las tradiciones religiosas y a los intereses políticos de Judea, lo que podría explicar por qué se sintió más inclinado a colaborar con las autoridades religiosas de Jerusalén
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Interpretación de lo sucedido
La muerte de Judas Iscariote marca un trágico final, pero también posee un profundo significado teológico y simbólico. Su historia refleja el peso del arrepentimiento no consumado, las devastadoras consecuencias de la culpa y la desesperación, así como los peligros de decisiones guiadas por la codicia.
Las treinta monedas de plata, símbolo de su traición, se usaron para adquirir el “Campo de Sangre”, perpetuando su memoria como un acto de infamia.
A lo largo de los siglos, la figura de Judas ha sido interpretada desde distintas perspectivas. En la tradición cristiana, su nombre es sinónimo de traición y deslealtad.
Sin embargo, en el contexto teológico, se argumenta que su papel fue esencial para el cumplimiento del plan divino. Sin su intervención, la pasión, muerte y resurrección de Jesús, tal como estaba predicho en las Escrituras, no habrían tenido lugar.
Esta interpretación abre un debate profundo sobre el libre albedrío y la voluntad de Dios. ¿Fue Judas un actor consciente y responsable de sus decisiones, o estaba predestinado a cumplir ese papel?
Saber como murió Judas nos desafía a reflexionar sobre la delgada línea entre la responsabilidad individual y los designios divinos, dejando abiertas preguntas que trascienden el tiempo y las creencias.